miércoles, 14 de febrero de 2018

Niñez

Cuando somos niños y empezamos a reconocer las cosas, lo primero que nos sorprende es la mano de nuestra madre, cuando nos deja acariciar, los juguetes coloridos y ruidosos que nos acercan, las caras sonrientes que nos miran.

A medida que crecemos, nos empezamos a sorprender por los muebles de la casa, por los árboles que vemos cuando nos llevan de paseo, por los pájaros que pasan por la ventana de nuestra habitación, por el tren y su cuerno.....

Luego nos sorprenden los libros llenos de símbolos que cuentan historias, y los lápices o bolígrafos que nuestros padres usan para garabatear en papeles blancos limpios.............

Y, como bien dice Ortega y Gasset, empezamos a entender cuando nos sorprendemos y extrañamos.

La pregunta es... ¿qué entiendes?

Podríamos decir que el mundo, la naturaleza, la cultura en la que vivimos y crecemos, porque por naturaleza el hombre trata de comprender lo que atrae su atención. Pero cuanto más y más grande nos hacemos, menos sorprendidos estamos por lo que vemos, oímos, olfateamos, olemos, tocamos y saboreamos.


Lo realmente importante: la vida

Creemos o estamos persuadidos de creer que ya hemos entendido todo sobre el mundo y sobre nosotros mismos, y todo lo que queda por entender son los problemas que nos impone "lo que dirán". Problemas que escapan a nuestro control y nos distraen de lo realmente importante: la vida.

Porque es el secreto más grande que nunca entendemos hasta el final, porque nos asombra una y otra vez.

No significa que la vida sea difícil de entender. Por el contrario, cada vez que nos sorprendemos, nos deja una lección, una explicación de algo que no hemos entendido. Significa que como la vida es infinita y única en cada caso y bajo todas las circunstancias, nunca se queda sin lecciones.

Hoy quiero proponerles una propuesta: sorprendámonos una vez más de las enseñanzas que se enseñan día tras día y que, por pequeñas que sean, provocan grandes cambios en nuestra comprensión de lo que es realmente importante: la vida.

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