sábado, 2 de enero de 2021

Coaching para ejecutivos

 El coaching ejecutivo se caracteriza por el hecho de que la persona que recibe el coaching es un ejecutivo, entendido como un empleado en un puesto suficientemente alto que requiere responsabilidad en la toma de decisiones y, sobre todo, tiene un equipo bajo su mando para lograr los objetivos de su área.


Esta área implica escuchar activamente y desarrollar sus propias habilidades para mejorar el proceso de toma de decisiones y la forma de responder a las necesidades de su gente. Este tipo de entrenamiento también se utiliza a menudo para ayudar a las personas a hacer frente a situaciones estresantes o de alto estrés o para aumentar su propia seguridad cuando se enfrentan a retos profesionales.


Volviendo a la importancia del objetivo principal - crear un cambio de comportamiento o de perspectiva de la realidad - el coaching se basa normalmente en el establecimiento de una estrecha relación de trabajo entre el coach y el coachee.


El primero, lejos de ser un psicólogo, mentor o consultor que le dice lo que tiene que hacer, se encargará de facilitar y guiar el aprendizaje del segundo a través de ejercicios, fuertes cuestionamientos, indagaciones y evaluación de alternativas.


Diferencias entre el Coaching Personal y el Coaching Ejecutivo

Aunque se basan en los mismos principios, hay diferencias significativas en cuanto al alcance, la perspectiva y los objetivos que deben alcanzarse.


El coaching personal es por definición algo que se orienta a personas individuales que quieren mejorar en algún aspecto de su vida: interno, familiar o profesional. Como su nombre indica, es un proceso personal, o autoestudio (el individuo se pone en contacto con un entrenador para iniciar el proceso).


Las conexiones que entran en juego aquí vendrán de las áreas más íntimas y cercanas, es decir, parejas, amigos, familia, referencias. Siguiendo este camino, los problemas y situaciones a mejorar se centrarán en la competencia personal, la resolución de conflictos con relaciones específicas, el reconocimiento y el cambio de las propias creencias y valores limitantes, y la búsqueda de objetivos compatibles con el propio trabajo. Esto puede significar una mejor calidad de vida, o un mejor bienestar personal.


Se plantearán cuestiones que conectan lo personal y lo profesional, y cómo rendirse aquí, pero encontrará que este no es necesariamente el foco del programa.


Entrenamiento ejecutivo

El coaching ejecutivo, por otra parte, se centra en la consecución de objetivos sólo a nivel profesional, proporcionando herramientas para el autodesarrollo y mejorando la capacidad para hacer frente a las diferentes situaciones que una persona puede atravesar en relación con la empresa.


En este tipo de entrenamiento, las relaciones profesionales y la sinergia profesional se valoran más que en otras relaciones más íntimas (como el entrenamiento personal). Como tal, los objetivos pueden variar desde maximizar los ingresos, aumentar la productividad, aprender a manejar equipos interculturales, controlar el estrés, navegar en tiempos inciertos, etc.


Otra diferencia importante es que será la empresa u organización la que contrate al entrenador para ayudar a los altos directivos y ejecutivos a encontrar y contratar un entrenador para mejorar su desarrollo profesional. En este caso, el concepto de cliente y empleado debe separarse del concepto de empleado porque la persona que se contrata y la que recibe el servicio son diferentes.


Los destinatarios de este tipo de entrenamiento suelen desempeñar funciones importantes en la empresa (ejecutivos, empresarios, altos directivos), es decir, personas con poder de decisión que pueden influir en el destino de la empresa. Esto suele ser un motivo suficiente para que una empresa quiera invertir en este tipo de servicio, que implica el desarrollo profesional, para aumentar la eficiencia de la organización.


Beneficios del entrenamiento ejecutivo

El entrenamiento ejecutivo, como ya hemos visto, es para los altos directivos que tienen poder de decisión y una responsabilidad significativa. Echemos un vistazo a algunos de los beneficios que pueden aportar a su organización.


Mejora de la comunicación interna

La comunicación es la fuerza motriz de cualquier grupo u organización humana. Mejorar la forma en que se comunican los cambios y las directrices, gestionar las reuniones, promover ideas, dirigir las quejas y facilitar nuevas sinergias son algunos de los beneficios de la comunicación interna.


Claridad en la toma de decisiones

Para el éxito y la supervivencia de una organización, los objetivos de los empleados y de la empresa deben estar alineados. Esto es aún más cierto en el caso del personal directivo superior, donde la toma de decisiones tiene el mayor impacto. En este caso, el entrenamiento puede ayudarles a tomar mejores decisiones cuando se enfrentan a diferentes situaciones que implican tensión, alta responsabilidad e incluso momentos de cambio.