domingo, 2 de diciembre de 2018

Habilidades para ser coach

Habilidades que son necesarias para ser un buen entrenador.
Aunque muchas personas se dedican al coaching, existen diferencias en la calidad de los servicios que ofrecen. La diferencia entre un buen formador y un mal formador radica en una serie de competencias, que se pueden resumir en las siguientes líneas. Estas competencias pueden incluir conocimientos, rasgos de personalidad, motivos, actitudes o habilidades.

¿Qué habilidades debe tener un buen entrenador?

1. empatía
Un entrenador es un profesional que, para hacer bien su trabajo, debe entender las necesidades del cliente. Por esta razón, hay que tener empatía con él y comprender su situación para poder realizar sesiones de trabajo. El coachee (cliente del formador) es el que piensa en su situación para fortalecerse ante el cambio. Un entrenador es un moderador y una persona agradable e incómoda que acompaña al cliente en la relación entre el entrenador y el coach y crea comprensión y confianza.

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2) Formación continua
Es importante que los profesionales del coaching se sometan a una formación integral que comienza con el autoconocimiento y es interminable, no sólo para saber cómo tratar a los coaches, sino también para conocer los métodos de los que disponen para hacer bien su trabajo. En España existen excelentes calificaciones en relación con esta disciplina, que imparten conocimientos teóricos y prácticos.

CEE
Uno de los entrenamientos más destacados es el Programa de Certificación de Coaching Ejecutivo de la Escuela Europea de Coaching, que permite obtener el título de Executive Coach de la misma institución académica y la acreditación del Programa de Formación de Coaches Acreditados por la Federación Internacional de Coaches.

Los participantes adquieren habilidades y herramientas básicas para trabajar como formadores profesionales, y este programa se centra en todo lo que incluye apoyo individual, formación de liderazgo y gestión de equipos. Es adecuado para todo tipo de directivos y jefes de equipo, así como para personas que quieran adquirir las habilidades y destrezas necesarias para trabajar como formadores profesionales.

Para más información puede ponerse en contacto con la CEE a través de los datos disponibles en este enlace.

3. escucha activa
Hay una diferencia entre escuchar y escuchar, porque escuchar significa prestar atención a lo que nos dice el interlocutor. El entrenador no sólo debe escuchar el lenguaje verbal del coachee, sino que también debe ser capaz de interpretar su lenguaje no verbal, no sólo para conservar las palabras, sino también para saber qué emociones está transmitiendo su cliente. Escuchar significa estar abierto, para que las palabras del otro cambien, escuchar significa crear este espacio de transformación.

4. habilidades de comunicación

La confianza entre el formador y el coachee y los buenos resultados se consiguen a través de una comunicación efectiva entre ellos. Preguntas poderosas, paráfrasis, resumen de las palabras coachee, recoger y asegurar que lo que se entiende, lo que se entiende, es el trabajo esencial del formador.

5. motivación para reflexionar sobre el cliente
Si el formador obliga al cliente a pensar, si le pide su motivación, el cliente puede ampliar su perspectiva sobre sí mismo, sus acciones, sus creencias y su capacidad de actuar. La distinción entre compromiso y deber es esencial para saber dónde está la motivación.

5. responsabilidad ética
El coach debe entender la ética y los estándares profesionales del coaching y aplicar el código de conducta profesional en la práctica. En este sentido, el conocimiento de estos principios no sólo es importante, sino que también debe ser aplicado en la práctica profesional diaria.

6. Cohesión
Para inspirar confianza, el formador debe ser coherente en todo lo que dice y comunica con el cliente. La Escuela Europea de Coaching (EEC) habla de cómo un coach no sólo debe saber lo que es (responsabilidad, amor o aprendizaje), sino que en realidad "ser" y vivir de acuerdo con estas diferencias.

7. paciencia
Una de las claves de las sesiones de coaching es la paciencia, ya que el coachee puede hacer preguntas profundas y puede entrar en contacto con sus emociones más profundas que llevan tiempo. La paciencia del formador consiste en respetar el silencio, la profundidad del trabajo que el cliente quiere hacer y hasta dónde quiere llegar con lo que ve. El proceso de coaching es animado y está diseñado por el coach-coach en conjunto, pero el héroe absoluto es el cliente.

8. En caso necesario, seleccione
Los formadores son especialistas en el desarrollo de la personalidad y no psicólogos.


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